lunes, 9 de mayo de 2016

Confluencias,concatenaciones y epanástrofes

El 21 de diciembre de 2015, a tan sólo unas horas de conocerse el resultado de las elecciones generales, Pablo Manuel Iglesias comparecía en rueda de prensa para valorar la situación.
Sus declaraciones dejaban manifiestamente claro que su única intención era abortar la legislatura, impedir la formación de un gobierno y poner en marcha la senda alemana. Esto era lo que decía Pablo Manuel con los resultados en caliente :

“Si los ciudadanos tienen que volver a votar, creo que nosotros podemos ser muy optimistas al respecto. Cada vez que hay elecciones y cada vez que hay campañas electorales parece que las fuerzas del cambio avanzan”…”Toca dialogar con todo el mundo, pero si las fuerzas del inmovilismo fuerzan un escenario como ese, nosotros lo asumiremos encantados”

Se necesita tener la estrategia muy clara y el camino muy bien marcado, para nada más terminar unas elecciones visualizar con tanta nitidez la celebración de otras, y dejar tan manifiesta su nula disposición a la formación de un gobierno que no fuera protagonizado por ellos mismos. No tenía la menor intención de pactar con nadie, y mantenía intacto su inicial objetivo…Tomar el cielo por asalto.

Iglesias emula con su trayectoria (y su posición) la conocida “senda alemana”; un camino hacia el poder que consiste en ir creciendo elección tras elección pero sin respetar los tiempos. Forzando la celebración de cuantos comicios sean necesarios para alcanzar el poder, y hacerlo desestabilizando el pulso político, impidiendo la formación de gobiernos (lo que ha hecho estos últimos cuatro meses) o pasando a formar parte de gobiernos débiles para dinamitarlos desde dentro, y forzar nuevamente elecciones, que es exactamente lo que hubiera sucedido si el PSOE acepta la oferta envenenada de formar un ejecutivo cautivo de la abstención de los independentistas catalanes, y controlado por Iglesias.

Todos los caminos llevan a Roma y para Pablo Manuel todos han de llevarle a la Moncloa. Es por ello que una vez explotado y agotado el caladero del “arriba y abajo”, Podemos se quita la careta y vuelve su mirada hacia el mismo Partido Comunista que abandonó hace dos años. Retorna a una Izquierda Unida que le vio partir desairado, y que ahora le recibe con los brazos abiertos como buena madre, perdonando las ofensas y desplantes, pero…Reclamando sillones abundantes.
Parece que para que la “epanástrofe” se consume y las “confluencias” fluyan hasta conseguir la “concatenación” de todas las tribus comunistas, el mayor escollo no son los programas, sino el número de escaños que cada partido reclama…Y no es cosa menor. Garzón tiene ahora 2 pero reclama 12….aunque puede ser que se conforme con 9.
No se habla de otra cosa de momento.

En el magma que habita a la izquierda del PSOE se arremolina la que en su día Pablo Manuel denominó despectívamente “Sopa de siglas de la que no iba a participar”, un jeroglífico que no cesa de bullir y en el que nos encontramos a:
Podemos, Equo, En Comú Podem, ICV, Compromís, Anova y Esquerda Unida, a los que ahora habrá que añadir también lo que aporta Izquierda Unida UP, que no es poco; es decir: Partido Comunista de España, Unidad Popular en Común, Chunta Aragonesista, Izquierda Asturiana, Batzarre-Asamblea de Izquierdas, Construyendo la Izquierda-Alternativa Socialista, Segoviemos, Izquierda Castellana, Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), Izquierda Abierta, Izquierda Republicana, Redes, Colectivo de Unidad de los Trabajadores (CUT-BAI), Ecosocialistas de la Región de Murcia, Izquierda Socialista Andaluza (ISA), e Iniciativa por el Hierro….
Son 24 organizaciones políticas de izquierda y extrema izquierda con legítimas aspiraciones de sentar al mayor número de correligionarios en el Congreso. Una confluencia que más parece una concatenación . No es de extrañar que la pugna para la fusión “Podemos-IU” esté encallada en el número de escaños a repartir y se deje para más adelante el “programa, programa, programa”. Esto supone la evidencia de que pese a lo que se argumente, lo primero es lo primero (los sillones), y en segundo lugar quedan las necesidades de la ciudadanía.

Una vez todo este variopinto grupo se asiente, el menú político para las próximas elecciones estará claramente dividido en cuatro nítidas ofertas electorales, que de nuevas tienen poco; La oferta Conservadora ( Partido Popular), la oferta liberal ( Ciudadanos), la oferta Socialista (PSOE) y por último la propuesta Comunista ( Podemos y 24 partidos más)…Que cada cual se sirva lo que quiera y no olvide que tendrá que estar cuatro años comiendo lo que elija.