sábado, 20 de mayo de 2017

Contra la derecha, la aristocracia, el País, La SER y el ABC.


El legítimo Secretario General del PSOE -sobretodo su discurso- perturba demasiado a la derecha, a las estructuras aristocráticas internas, al PAÍS, a la SER o al ABC, pero para desgracia de todos ellos, su futuro político está en las manos de 200.000 militantes que ya marchan camino de las urnas. Muchos absolutamente hastiados de contemplar como se utilizan todas las armas disponibles en el fatuo intento de impedir que Sánchez alcance nuevamente la Secretaría General del PSOE. Un cargo del que fue arrancado tras un golpe de mano dirigido y orquestado por aquellos mismos que ahora lanzan cantos a la “lealtad” y al “consenso”….A la “unidad” que ellos rompieron.
Los mismos compañeros y compañeras que hace siete meses pedían la cabeza de Sánchez en una bandeja, se ofrecen ahora para “coser” las heridas que causaron, pero las cabezas decapitadas no se pueden coser…Ni la credibilidad perdida recuperar.

El Partido Socialista Obrero Español, no necesita ni agujas ni hilo, tan sólo los votos de sus militantes para sacar a la gestora fuera de Ferraz, y un buen bisturí con el que amputar (con precisión quirúrgica) todo aquello que sea irrecuperable.
Nada hay más absurdo e irreal que pretender coser una cangrena, porque no sanará y terminará pudriendo todo el cuerpo…En política todo lo que no suma resta, y sino molesta.

Lo que verdaderamente necesita el PSOE es un proyecto realista y de izquierda, que le lleve de vuelta a sus esencias. Un proceso de catarsis y ruptura con los errores del pasado reciente que mermaron el apoyo popular, y de los cuales no es responsable Sánchez, sino los que le precedieron en la dirección de su organización política.
Se necesita un partido renacido, que sea capaz de recuperar la credibilidad y transmitir ilusión a su masa electoral.
Dejar de ser la muleta de una derecha corrupta que lo tiene secuestrado en el Congreso, y colocar en su justo 10% a la “vieja izquierda de lo imposible” que ahora se llama “Podemos” y antes se llamaba “Partido Comunista”.

Volver a ser percibido por la ciudadanía como el partido democrático que fue hasta el pasado 1 de octubre, en el que ya no van a tener cabida los golpes de facto que derrocan secretarios generales elegidos democráticamente por la militancia.

Para reflotar el barco socialista se necesita más participación de las bases, renovación de los cuadros, lealtad de los barones y sometimiento del aparato al control de la militancia.
Es imprescindible un discurso federal único que reconozca e integre todas las sensibilidades del Estado defendiendo su unidad, porque la verdadera izquierda ni es independentista ni tampoco nacionalista, la verdadera izquierda es internacionalista, y el PSOE, por mucho que se empeñen algunos y algunas es la verdadera izquierda de este país.

Frente a la encrucijada que mañana se plantea ante los militantes socialistas, solamente una opción puede conseguir que el PSOE conecte de nuevo con sus votantes, eso lo sabe cualquiera que salga a la calle y hable con ellos.
Si gana Pedro Sánchez se hará justicia, se vacunará al partido de por vida contra “golpes de Estado”, se restablecerá la normalidad democrática que fue violentamente usurpada.
El PSOE dejará de ser la muleta que sujeta al PP en el Gobierno, y lo que es mejor: se evitará la debacle electoral sin precedentes que en caso de ganar la baronesa andaluza padecerá el partido en las próximas autonómicas y municipales de 2.019